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Simplemente amistad

Ludmila Prida 4º "A"

    “No hay futuro sin pasado alguno dijo mi amiga en una charla que tuvimos. Esa frase me marcó y ahí comprendí todo lo que estaba sucediendo.

    Con comprender me refiero a que entendí que su carácter provenía de su pasado y que por eso era una persona sin aspavientos. Aunque sé que estas personas, las más frías, demuestran sus sentimientos cuando son verdaderos.

    Ella estaba transitando un momento difícil, pero yo no sabía cómo tratarla. Lo único que hice fue decirle: No sos inservible servís de mal ejemplo.  Sin embargo, al decirle eso me puse a pensar y no era una frase muy positiva, ya que de todos modos le decía que era mal ejemplo. Inmediatamente las palabras surgieron y remonté la situación diciendo: Tu sonrisa tan resplandeciente a mi corazón deja encantado”.

    En ese momento no parábamos de reírnos. Yo sentía que si la hacía reír se olvidaría (aunque sea un rato) de sus problemas. Hasta que entre tantas risas ella dijo: “No puedo ponerme mal ante cualquier problema, la vida es una sola y hay que disfrutarla”. Me encantó que con el solo hecho de expresar una frase pasara de estar triste a estar feliz. Así que no lo dude un segundo, me levante de mi lugar y corrí a abrazarla. Ella me dijo al instante: “Ojalá nunca te abracen por última vez, hay tantos con quién estar y pocos con quién ser”.

   No podía faltar mi comentario diciendo que esperaba que eso nunca pasara teniendo una amiga como ella, ya que me hacía sentir que nuestra amistad era única. Además, tampoco faltó la típica frase: “Podrán imitarnos igualarnos jamás”.          Dado que, entre nosotras, siempre nos cargábamos repitiendo que nuestra amistad era plena y que nunca nadie iba a poder igualarnos.

     A pesar de que los años transcurriesen y aunque el tiempo es relativo, esto nunca cambiaría.   No obstante, sentí vibrar un celular sobre la mesa, y como el mío no era, está claro de que era el de ella. Susurrando me dijo: “Es Gastón, no quiero atenderlo ¿qué hago?”

      Ese chico al que ella no quería atender era su novio con el cual estaba peleada. Sin embargo, él era un buen chico y “el problema” no había sido más que una confusión. Así que, le aconsejé que lo atienda y perdonara porque si no lo hacía se arrepentiría. También le dije: Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer. Además, tenía fe que volverían a ser felices como habitualmente lo eran y le aconsejé que no se preocupe por ese mal entendido.

Siguió mi consejo, lo atendió y estuvieron hablando por un largo rato. Ella tenía su teléfono en alta voz para que yo pueda escuchar. Por consiguiente, escuché que Gastón le dijo: “Vivir la vida a pleno, pasar desafíos y disfrutar del cambio eso es vivir, entonces, yo quiero vivir con vos”

    Cuando le dijo eso me derretí de amor porque me hacía bien verlos juntos, ya que era mi amiga y verla feliz me ponía contenta aunque oía que ella le contestaba a Gastón con frases como: “La paz en mí nunca la encontrarás, pero él la contradecía y le pedía disculpas.

     Con el tiempo él se volvió mi amigo. Lo aprecio demasiado. Los dos suelen darme los mejores consejos y logran que nunca me dé por vencida. Usualmente me alientan con distintas frases como: Lucha por tus sueños y eso se los agradezco porque sé que, aunque será la vida que siempre nos pega un poco hay que saber enfrentar las situaciones buenas y malas.

    Gracias a ellos aprendí que, aunque me caiga y me lastime, seguiré corriendo hacia mis sueños porque también me enseñaron a tener fe y creer. Es por esto que hoy en día puedo decir que yo creo en el no arrepentirse, creo en dejar las cosas fluir, yo creo que todo pasa por algo" seguido a que "cumple sus sueños quien resiste".

    No me queda más que agradecerles por estas enseñanzas de vida y también por estar a mi lado siempre que los necesito.

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