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El valor de la amistad

Chiara Guarracino 4º "A"

   "No hay futuro sin pasado alguno", así es como empezaba una historia que mi madre me había contado hace tiempo, cuando me trataba de explicar que todo pasa por algo, pero que  primero, tiene que haber un pasado, para que luego se cumplan  los pensamientos o esperanzas  y puedan llegar a un futuro que puede ser lejano o no tanto.

    También  me dijo cuando le conté de mi experiencia no muy agradable sobre la estafa que sufrí que "las personas frías demuestran sus pensamientos cuando son verdaderos" y que no espere grandes demostraciones de culpa o de arrepentimiento. (Ella me lo decía con total conocimiento de la persona que me estafó).

   Más tiempo conversábamos sobre el tema, más sensación de  impotencia me afloraba  y a medida que el tiempo transcurría mis sentimientos de ira aumentaban y la venganza se convertía en  mi objetivo.  Al mismo tiempo mis malos pensamientos me hacían sentir  inservible.   Mi madre en su afán de consolarme  me decía: "No sos inservible, servís de mal ejemplo",  (lo decía por mis feos pensamientos). 

    "Al estar tan pendiente de lo vivido nunca más te volví a ver sonreír", me repetía mi madre.   Ella siempre alababa mi risa incluso me demostraba su amor diciéndome: "Tu sonrisa tan resplandeciente a mi corazón deja encantado", agregándole  que no llore más y que no me haga malasangre porque "la vida es una sola y hay que disfrutarla" a pleno con las personas que uno considere que nos  pueden  llegar a hacer  felices

    "Ojalá nunca te abracen por última vez, hay tantos con quienes  estar y pocos con quien ser."

    Toda esta reflexión con mi madre  me animó, a juntarme con mi amiga.   Cuestión que nos sirvió para decirnos todo lo que sentíamos, descargarnos y perdonarnos mutuamente.   Llegamos a la conclusión que "podrán imitarnos, igualarnos jamás", porque nuestra amistad es única, duradera, además, "el tiempo es relativo cuando ambas estamos separadas.

   Luego de tanto tiempo separadas, recordamos eso días  tristes sin consolarnos. Pensamos que deberíamos haberlo hablado mucho  antes, para poder solucionar  el problema.   Nos  reímos de las cosas complicadas que realizábamos para no vernos cara a cara.  Además reflexionamos después la frase que dice: "Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer por eso vivir la vida a pleno, pasar  desafíos y disfrutar del cambio, eso es vivir", como en los mejores tiempos de amistad.

   En cuanto hicimos las paces nos propusimos retomar nuestras actividades y los proyectos que habían quedado relegados cuando nuestra amistad se rompió, y yo como siempre ansiosa, deseosa de continuar el ritmo habitual a toda marcha le dije:  Poné velocidad porque "la paz en mí nunca la encontrarás", cambié, no soy igual a como vos me conociste hace mucho tiempo. 

     Luego de esta experiencia estoy convencida de que todo tiene un fin, además "creo en el no arrepentirse, creo en dejar las cosas fluir, yo creo que todo pasa por algo y que al principio tal vez no le encontremos sentido a  lo que nos sucede, ni explicación, pero la tiene.    "Cumple sus sueños quien resiste".                             

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