
Vencer a la vida
Aoki Paz
Yo soy un niño que nació en la ciudad de Kansas, Estados Unidos. Desde que tengo memoria que sueño con convertirme en un famoso rapero, pero la vida me impuso un camino muy difícil para llegar a mi objetivo. Según lo que me contaron, mi papá nos abandonó cuando era recién nacido, mi mamá, era una alcohólica y drogadicta que por las noches me abandonaba para ir a complacer su adicción. Por su condición, nunca pudo terminar sus estudios ni conseguir un trabajo estable, por eso nos mudábamos constantemente de ciudad en ciudad. Finalmente, nuestra última parada fue en Nueva York, en el barrio del Bronx. Nos instalamos allí gracias a que el Estado nos dio una casa en la que pudimos vivir. Aunque muchos creen que esta ciudad es como las películas, repleta de luces, rascacielos y museos, en la zona que vivíamos nada era como lo soñado, dormíamos sobre cajas y comíamos lo que alguien nos daba o lo que encontrábamos.
Tenía un amigo, quien a su vez era mi primo segundo, pero lo quería como a un hermano. Su nombre era Josh, y con él estaba todo el día íbamos juntos a la escuela y nos cuidábamos uno del otros, porque en el invierno, cuando se hacía de noche, y junto con la oscuridad aparecían las pandillas. En cada esquina había una, y generalmente, desde nuestro departamento se escuchaban gritos y tiros, además de sirenas de la policía. A pesar de todo lo que vivía día tras día, mi sueño de ser famoso y salir de la pobreza seguía intacto.
Una mañana, al igual que otras, me desperté a las nueve para ir a la escuela. Pasé por el edificio de mi amigo y vi patrulleros, lo cual era algo normal en esta zona. Entré, ví a al papá de Josh en el piso, llorando desconsoladamente, levanté la mirada y allí estaba, el cuerpo de él tirado en el piso, cubierto de sangre, estaba muerto. Sentí que me derrumbaba, mi única compañía en este mundo me había dejado. Más tarde, me enteré que había muerto por una venganza hacia su padre, quien no había hecho la parte que le tocaba de un trato.