Liberté

 

Valentina Chiesa

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Existen personas que se consideran libres, sin tener en cuenta que son esclavos de su ideología, de sus vicios, de sus actitudes, de sus bienes materiales grandes o pequeños. Apropiarse aunque sea un pedazo de cartón de tal forma que se convierta en unobjeto cuya ausencia sea inconcebible para nosotros, estará esclavizandonos.

En cambio, Yung Lee un  hombre de Lejano Oriente, lo único que deseaba era no aferrarse, despojarse de sus bienes y sus amistades como si los últimos diez años encerrado dentro de ser fan de Hato pudieran borrarse de su mente para empezar su nueva vida sin ser juzgado. Su presente dejaba mucho que desear, por el contrario, le costaba soltar los recuerdos.  Su niñez, en la que por un momento se olvidaba del lugar en el que se encontraba pero por el otro el recuerdo de las largas y frias noches acompañadas y de incansables llantos y dudas. ¿Por qué a mí? ¿Por qué no puedo tener una vida como la de mi amistades?

Y aunque el joven creía que se está “desligando”, solo lo está aferrándose algo inalterable, ¿porque cambiar algo que forma parte uno mismo?  Recuerdos

 y momentos que integran el hoy y el mañana de cada persona también es privarse de su libertad… pensaba. 

Libertad es ser quien soy, no lo que los demás quieren que sea, pensar lo que pienso y no lo que esperan que piense.  Libertad es dejarse ser aún con nuestro pasado y aún con el alma rota.