
El Misterio de la Tela
Era un día nublado, con viento frío y niebla que tapaba la conciencia del detective William Larsson, y su ayudante, Adán Lemar, dos norteamericanos en la ciudad de Moscú. Estos dos se encontraban en la lujosa tienda de autos “LUCHSHIYE AVTOMOBLLI” dirigida por Dmitri Smolov, un gran millonario ruso. Éstos investigaban el gran robo de un costoso auto, el Mercedes-Maybach Exelero, válido en 10.1 millones de dólares, el auto más caro del mundo. Este coche había desaparecido el 14 de junio del 2018 por la noche cuando las calles estaban deshabitadas por el inicio del esperado mundial.
El detective Larsson comenzó su investigación en aquella agencia, donde después de tanta observación descubrió una insignificante pista, una pequeña tela que pertenecía a una prenda muy costosa sostenida por una entrada de aire acondicionado.
Larsson y Lemar enseguida sospecharon que este famoso e inteligente ladrón, había entrado por los tubos de aire acondicionado y bajó por la rejilla que lleva directo al auto.
Larsson comenzó investigando el famoso pedazo de tela, yendo a todas las tiendas de Moscú, donde una de las tantas tiendas recorridas supo conocer este pequeño trozo de tela, y dijo:
-Esta tela la conozco, es una de las más caras del mundo, hay muy pocas personas que las tienen, pero conozco a una, es Viktor Golovin, crea sacos de elite, para gente con dinero - expresó el empleado.
-Y este tal Golovin ¿quién es? ¿Dónde vive?- dijo el detective.
-Es un hombre solitario, extraño, que vive lejos de la ciudad y le vende sacos a distintas tiendas y empresas de toda Rusia. Dijo el empleado.
El detective y su ayudante fueron a ver a este tal Golovin pero no se encontraba en su hogar, pues lo que hicieron fue entrar en aquella casa donde no se encontraba nadie. Larsson, al ingresar a su hogar, empezó a observar sus cosas e investigarlas, donde luego de mucha búsqueda descubrieron que una de las tantas telas que estaban en su hogar era del mismo diseño y mismo material que en aquella agencia, “LUCHSHIYE AVTOMOBLLI”.
Larsson y Lemar salieron rápidamente en su vehículo en busca de Golovin, pensando que él había sido el culpable de aquel robo.
Luego de ir de un lugar a otro, encontraron a Golovin caminando por la calle, y lo que hicieron estos dos, fue arrestarlo y someterlo en ese mismo momento a algunas preguntas.
-¿Quién eres? dijo Larsson.
-Soy Viktor Golovin, un diseñador de trajes muy importantes, pero… ¿por qué me arrestan?
-Muy bien Golovin, expresó con sarcasmo el detective, lo tenemos aquí con nosotros porque usted es el principal sospechoso de un robo, que fue el 14/6 por la noche. Hicimos un allanamiento en su hogar y encontramos esta tela, que es igual a la que estaba en la agencia del robo del auto, la “LUCHSHIYE AVTOMOBLLI”.
-Es imposible, yo ese mismo día estaba en mi hogar. Estas telas son con las que trabajo, pero… yo solo se las vendo a una sola empresa. A la empresa Burton, fuera de la ciudad de Moscú, en Sarátov.
-Si lo que quieres es que averigüe sus compradores lo haré, pero quiero tiempo. Dijo Golovin.
- Sí, eso es lo que quiero, pero igualmente vendrás con nosotros, no te dejaré ni un minuto fuera de mi alcance, la lista la averiguarás en la comisaría. Dijo el Larsson.
Ya en la comisaría, Golovin fue de la mano de Lemar a una celda, y luego sometido a otras varias preguntas. Pero… ¿Qué preguntas?
Mientras Golovin hablaba, Lemar prestaba mucha atención, y descubrió una pista muy importante. Lo que dijo Viktor fue “yo solo le vendo a Burton”, pero el ayudante se acordaba bien que, mientras buscaban de quien era la tela del robo, en las tiendas elite por así decir, había varios trajes con ese material pero no de igual similitud y que no eran de la empresa “Burton”, pues lo que pensó, fue que este tal Golovin estaba mintiendo y tenía un tercer comprador.
Lemar fue y le comentó este planteo a Larsson. Lo sacaron de la celda a la fuerza y lo llevaron a la sala de interrogación.
-¿Quién es tu tercer comprador? Dijo el detective con furia
-Te lo he dicho, es Burton, solo le vendo a Burton. (Aclaró Golovin con cara de asustado).
-Esas son mentiras. Dijo el detective con furia golpeando la mesa. Hemos descubierto otro comprador, y si lo vuelves a negar te pondré mi arma en la cabeza. Expresó cada vez más enojado Larsson.
-¡Esta bien! dijo Golovin asustado. Mi tercer comprador es un hombre misterioso, no lo conozco pero sé su nombre, Nikolai Petrov, vive aquí en Moscú, en la calle Glazovskiy al 810.
-Muy bien, enciérralo Lemar, y ya vendremos por él, sí es mentira… Dijo Larsson.
Enseguida el detective y su ayudante salieron en busca de él, pero por caminos distintos. Cuando Larsson llegó al lugar, encontró el auto de Lemar.
Ni bien se vieron, Lemar tenía la cabeza cabizbaja porque había encontrado a Nikolai Petrov muerto, y lo que dijo el ayudante fue que cuando llegó estaba tirado en el suelo ya muerto. El detective le creyó sin duda.
Ya dirigiéndose a la comisaría sin alguna otra pista y sin saber qué hacer, Larsson y Lemar volvieron a sacar de la celda a Golovin y le preguntaron lo siguien:
-Tienes algún otro comprador que no sea Petrov, porque estaba muerto. Dijo Lemar.
-No, no tengo comprador, lo juro.
Lemar no le creyó pero el detective sí, y le dijo que lo volviera a meter en la celda.
Larsson en soledad se dirigió a la escena del robo. Al llegar allí no encontraba nada fuera de lo común como lo había visto por última vez, pero… algo no encajaba… debajo de un auto que se encontraba en aquella agencia, había encontrado una gran pista. Estaba un traje nuevo y casi sin uso, que justamente era uno de detective. Larsson se sentó en un sillón que estaba allí, y pensando tranquilamente de quien podría ser o dónde lo habría visto. Hasta que de repente le cayeron todas las fichas. ¿Cómo estaba muerto Petrov? si no había ni un cuchillo ni un arma de fuego excepto la de Lemar, y él había sido el primero en llegar, y solamente había un casquillo, y se había desangrado recientemente, ¿Por qué nunca le preguntaba nada a Golovin? Será porque Golovin sabía que él le había comprado ese mismo traje que tanto había buscado y que ahora al parecer me lo estaba ocultando porque sabía que Lemar lo podría matar…
Con esas dudas, Larsson volvió a la comisaría para interrogar a Lemar, pero no estaba allí. Luego fue en busca de Golovin para liberarlo, pero estaba muerto con dos tiros en el pecho. Desde ese entonces, ya no había probabilidad que hubiera sido Lemar. Larsson recordó que el día del robo del auto él había ido a tomar unos tragos y no iba a volver por la noche, pero recuerda bien que unos de los agentes hacía una fiesta en otro bar, y él había pasado en busca de Lemar pero ya no se encontraba allí, por lo que pensó que se había ido de aquel lugar. Ya sin que le quedara otra chance, también afirmó que él había sido el ladrón del Mercedes-Maybach Exelero.
El detective salió rápidamente hacia el hogar de Lemar, lo encontró allí, también encontró el traje que tanto buscó. Lo revisó, y encontró que le faltaba una parte. Sacó la tela del robo y coincidía con éste. Larsson sentado en una silla frustrado y dolorido porque el causante de todos estos crímenes y del robo había sido él, pensó…y pensó…. ¿Dónde podría estar él? ¿Qué quería hacer con ese auto tan valioso? ¿Por qué él tenía que hacer estos delitos? Larsson decidió ir nuevamente hacia la agencia de autos, porque pensó que Lemar lo iba a vender a algún empresario con poder o algún traficante.
Al llegar al “LUCHSHIYE AVTOMOBLLI” vio de lejos a Lemar junto a Sevastyan Sídorov, un famoso traficante de autos ruso, buscado por la policía rusa, y a su lado muerto el dueño de la agencia Dmitri Smolov con 2 tiros en el cráneo rodeado de un charco de sangre.
Larsson ingresó con un arma en sus manos, amenazó a estos dos que se rindieran y tiraran sus armas al suelo, como no lo hicieron, Larsson disparó primero y le dio en la pierna a Sídorov, que cayó y quedó herido en el piso. Mientras que Lemar se cubrió entre uno de los lujosos autos que había allí, al empezar una balacera, el detective Larsson recibió un tiro en su brazo izquierdo pero esto no le dificultó para seguir disparando, mientras que Sídorov había sufrido un tiro en el cuello y si estaba desangrando solitariamente y tristemente en el suelo.
-¿Por qué me ocultaste algo así Lemar? Dijo el detective
-No soy como tú lo esperabas, siempre me has dejado de lado, vi la oportunidad de ganar dinero fácil y lo hice, luego de esto me iré de Rusia a las Islas Feroe, y nadie me encontrará. Dijo el ayudante.
-No, no lo harás, te irás conmigo a la comisaría y luego la cárcel. Expresó el detective.
-Me iré, lo quieras o no. Expresó el ayudante
-Entonces, uno de los dos no saldrá con vida de aquí. Concluyó Larsson.
Larsson salió del auto y le disparó dos tiros a Lemar, uno en la pierna y otra en el brazo haciendo que éste suelte el arma.
A Larsson no le quedaba otra que arrestarlo y encarcelarlo. El detective devolvió el auto a sus superiores.
Larsson quedó como un héroe, salió en las tapas de los diarios rusos y en los de Estados Unidos, su país natal.
Mientras tanto, Adán Lemar, fue arrestado y condenado por el juez a 30 años de prisión por el robo del auto Mercedes-Maybach Exelero y el asesinato de Nikolai Petrov, Viktor Golovin y la suma de 4 millones de dólares por el daño del auto.