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                                    El cuento policial
Tobías Domínguez y Enzo Reccia
 
Un 1° de mayo en 1972, hubo un gran robo a la joyería Jester, en la cual se llevaron 18 diamantes, 10 rubíes y 20 zafiros. Ésta misma alertó rápidamente a los detectives.
El robo fue tan importante que se solicitó al detective de la C.I.A, llamado el Sr.Cleidermann.  Él mismo fue el primero en hablar con el dueño de la joyería.
-¡Hola buenas tardes! Soy el detective Cleidermann, estoy investigando sobre el robo a su joyería y me gustaría saber cuáles fueron sus últimos movimientos antes de que suceda.
-¡Si claro! Lo primero que hice fue abrir las rejas, después de un rato me puse en el mostrador, al paso de un corto tiempo vinieron 2 personas las cuales compraron sus anillos de casamiento, luego de todo esto vino un hombre con un sombrero y un saco negro el cual después de ver por un rato las joyas sacó un arma e inició el robo.
-Y… ¿le pudo ver la cara?
-No, por desgracia no, solo se le vio un tatuaje en el tobillo como de un ojo cuando salía del local.
-Gracias por su tiempo.
-No fue nada gracias a usted.
El detective se puso a buscar información sobre el tatuaje, y logró descubrir que el sujeto que lo portaba era de una asociación secreta la cual su trabajo era robar joyas.
Buscando más sobre la asociación descubrió que llevaban un pañuelo rosa y el jefe uno azul, pero todos en el cuello.
Después de saber esto fue a buscar a la Asociación Ayuda de los Agentes, al encontrarla  se inició  un tiroteo en el cual murieron  muchas personas de los dos bandos en donde en uno de ellos se encontraba el detective.
El otro agente se puso a  investigar todo lo sucedido y se dio cuenta  de que no estaba el cadáver de Cleidermann ni las joyas. Se había salido con la suya.
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