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El caso de un chico de 16 años

Augusto galucci

 En una tarde, como cualquier otra,  pasó lo siguiente:

- ¿Hola, policía?

-Sí, ¿cuál es su nombre?

-Mi nombre es Damián

-Damián ¿cuál es su emergencia?

-Estoy escuchando ruidos extraños en la casa de mi vecino.       .

-Damián: indíqueme la dirección y enseguida estaremos allí.                                                                                                                                                          

-Sí, Vieytes 2854 ¡Por favor apúrense! – exclamó el joven asustado.

Al cabo de 3 horas la policía llegó a la casa de ese tal vecino. Golpearon la puerta y no les respondió nadie.  La policía forcejeó y de esta manera lograron ingresar a la casa. Al entrar, se dieron cuenta a simple vista de que no había nadie, pero como no estaban seguros empezaron a revisar hasta que uno de ellos halló en uno de los cuartos a un joven tirado en la cama con un cuchillo en la mano y cubierto de sangre que provenía de su pecho; estaba muerto.

De inmediato los policías siguieron con el protocolo que implica un homicidio y llamaron a los peritos forenses, para que comiencen con la investigación de la escena del crimen. Mientras tanto, ellos fueron a hacerle preguntas a Damián, el joven que había llamado e indicado la dirección en la cual se encontraba el joven muerto. Los policías interrogaron al joven de la siguiente manera:

- ¿Damián, usted conocía a su vecino?

-Sí, se llamaba Tomás, éramos amigos e íbamos a la escuela juntos.

- ¿A qué escuela san José.

- ¿Cuántos años tenía Tomás?

-Él tenía 16 años

 - ¿Vivía solo?

-No, vivía con sus padres, pero ellos se fueron de viaje

-Y... ¿tenía algún otro amigo o amiga?

-Sí, una chica llamada Catalina.

- ¿Sabe cómo nos podríamos comunicar con ella?

-No sé la dirección de su casa, pero va a la misma escuela que nosotros

-Bueno Damián, gracias por haber respondido estas preguntas.

 Al instante que terminaron de hacerle las preguntas, vieron que llegaron los forenses. Los policías les indican donde estaba el cuerpo, de modo que empezaron a investigar el cuarto en el cual se encontraba la víctima.

Luego de horas de investigación los peritos forenses informan que su muerte había sigo aproximadamente a las nueve de la noche y notan que una de las ventanas del cuarto estaba abierta, no se hallaba ningún rastro de otra persona, pero la manera en la cual estaban puestos los objetos no concordaba con un suicidio, por lo tanto, llegaron a la conclusión de que había sido un asesinato.

Al poco tiempo, la policía se dirigió a la escuela para contactar a Catalina, ya que era el único nombre clave que tenían sobre este caso. Los oficiales encuentran a la joven y la llevan a un salón vacío para interrogarla:

-Hola Catalina ¿qué relación tenía con Tomás? – le pregunta un oficial.

-Hola, éramos mejores amigos- responde la joven tristemente.

- ¿Cuándo fue la última vez que lo vio?-

-La última vez que lo vi fue el 4 de agosto, a la cinco de la tarde.

- ¿Él había discutido o peleado con alguien?

-No, nos llevábamos bien con todos.

- ¿Notó algo extraño en él?

-No.

-Gracias por habernos ayudado contestando estas preguntas, lamentamos su perdida - exclamaron los oficiales.

Al finalizar, salieron del salón y vieron que un joven golpeado con mirada tímida y nerviosa.  La policía tuvo sospechas, pero éstas solo eran especulaciones mínimas. Los policías estaban partiendo cuando de pronto se acercó una chica de aproximadamente 15 años de edad, y les dijo lo siguiente:

-Buenas tardes, me llamo Florencia, solo quería contarles que Tomás y sus amigos, Damián y Catalina, molestaban a personas, dentro de esas personas estaban mis dos amigos, Santiago  Martina y yo, pero al que más molestaban era a Santiago por su apariencia física. Incluso una vez lo golpearon en el baño- explicó seriamente Florencia.

La policía cuando escuchó esto, inmediatamente solicitó ver las cámaras de seguridad del colegio. Mientras revisaban las grabaciones, notaron que en un momento Santiago entró al baño y detrás de él, Damián y Tomás; pasaron los minutos y ninguno salía, hasta que Damián y Tomás así lo hicieron, pero Santiago no. Al notar que Santiago se demoraba, adelantaron la grabación y vieron que el mismo había salido del baño todo golpeado, por lo tanto, piden ir a interrogarlo, pero no lo encontraron por ningún lado. Como no sabían en donde estaba, avisaron a la comisaria a través de la radio que avisaran si encontraban a un tal Santiago, ya que era importante para el caso.

Pasaron unas horas hasta que desde la comisaría les avisaron a los policías que había un Santiago que estaba detenido por haber confesado que había sido el asesino de Tomás. La policía fue rápidamente hacia la comisaría para interrogarlo. Estas fueron las preguntas:

- ¿Cómo podemos estar seguros de que fuiste vos el asesino?

-Yo planeé todo, entré por una de las ventanas de su cuarto, me puse guantes para no dejar ninguna huella dactilar, me había puesto un gorro para que no se me callera ningún pelo, también me había puesto bolsas en las zapatillas para no dejar ninguna marca. En un momento Tomás entró a su cuarto y me vio con un cuchillo en la mano, él forcejeó y lo maté, ordené su cuarto para que pareciera un suicidio, hasta que escuché el ruido de la policía y me escapé dejando una de las ventanas abierta, ya que podían descubrirme- confesó Santiago.

Una vez que terminó con su confesión, los policías le preguntaron nuevamente:

- ¿Por qué lo hiciste?

-Porque estaba cansado de sufrir...

Santiago quedó condenado a 6 años de prisión. Por otro lado, Damián y Catalina, por decisión de la jueza tuvieron que realizar servicio comunitario durante todo un año por falsedad de testimonio.

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