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Comida

Santiago Bondono

 

Había una vez un chico llamado Toni, éste  iba a atravesar una gran desgracia. Él estaba en el colegio, estudiando, y tenía muchas ganas de llegar a su casa y comer milanesas con papas fritas. Estaba hambriento y en lo único que pensaba era en la hora de salida, para poder comer. Aunque, a medida que transcurría el tiempo y aumentaban las horas sin comer, se fue desilusionando ya que se dio cuenta de que él no poseía el capital suficiente para comer ese manjar. Su tristeza y decepción aumentó cuando llegó a su casa y se dio cuenta que iba a comer fideos, una de las comidas que menos le gustan a él. Ante esta gran desilusión, lo primero que hizo fue irse a dormir la siesta, con un gran malhumor y desgano para olvidarse de lo ocurrido y no pensar más en ese hecho que tan triste lo había maltratado casi toda la mañana.  Cuando despertó de su siesta, alrededor de las ocho de la noche, con mucha hambre y con un mejor humor, mientras escuchaba música por toda la casa, se encontró con una gran sorpresa, su madre le estaba cocinando las milanesas con papas fritas que tanto deseaba. Toni comió la comida, le agradeció a su madre, hizo sus deberes para el día siguiente y luego se acostó para dormir. Al final, su día no había sido tan malo como parecía desde su comienzo.

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