
Augusto Rey
Augusto era un joven romano de aproximadamente 13 años, tenía una vida feliz llena de lujos ya que su padre era el mismísimo Julio Cesar, un emperador y general de mucha importancia. En un día como cualquier otro, llegó un mensajero a la casa del joven Augusto; éste fue recibido por la esposa del Julio ya que este se encontraba luchando en la campiña francesa contra los temibles galos. El pequeño niño se encontraba en su habitación practicando con su espada imitando a su valeroso padre hasta que un alarido de dolor retumbó por toda la quinta. Julio había sido asesinado bajo raras circunstancias, se sospechaba de dos de sus amigos y generales más acérrimos Cassius y Calígula aunque no había suficientes pruebas para inculparlos. El joven Augusto juró tomar venganza por mano propia. Luego de enrolarse en el ejército a la corta edad de 17 años, el precoz soldado sorprendió a todos los generales, dando muestras de coraje e inteligencia en el campo de batalla, tanta fue la impresión que los políticos lo designaron líder de las legiones de Roma al cumplir los 24 años. Apenas asumió el cargo su primera órden fue mandar a llamar a los generales más cercanos, los cuales el mismo se encargó de ubicarlos en un plan maestro. Estos dos hombres eran los odiados Cassius y Calígula; apenas llegaron al despacho del recién nombrado Augusto, éste ordenó a sus guardias sellar las entradas, Una vez acorralados los dos militares se rindieron. Por lo tanto el nuevo líder reaccionó con una gran mueca de alegría. Inmediatamente ordenó tirarlos al pozo de aceite hirviendo el cual se ubicaba debajo del despacho. Al finalizar el doble asesinato, una sensación de alivio y placer invadió a nuestro protagonista. La venganza había sido consumada